miércoles, 14 de septiembre de 2016

Los fantasmas del drenaje profundo de la CDMX


Deambulan empleados que murieron en las obras y personas que cayeron o arrojaron a los canales
En las entrañas de la ciudad de México, a 80 metros de profundidad en los tubos donde pasa el drenaje, hay ánimas que no descansan, deambulan sin cesar y en ocasiones asustan a uno que otro vivo; al menos eso es lo que cuentan los trabajadores que se encargan de darle mantenimiento a este sistema de desagüe de las aguas negras.

Desde hace cinco años el gobierno del Distrito Federal ha rehabilitado 40 kilómetros de los 172 que forman el Drenaje Profundo. En este tiempo, las historias de fantasmas y cadáveres han aderezado la labor de los más de 500 trabajadores encargados de darle una “manita de gato” al sistema.
Estas leyendas, que se han transmitido de boca en boca, no tratan de cualquier espíritu, sino de los que fallecieron en accidentes durante la construcción de la red, a principios de la década de los 60.

Cosas extrañas También circulan historias “macabras” de hallazgos de cadáveres o partes de ellos que fueron arrojados en canales de aguas negras o de personas que tuvieron la mala suerte de caer.
“No sabemos realmente si tengamos alma o conciencia de que cuando nos morimos; en este caso las personas que llegan a caer a los túneles, quizá sus espíritus se manifiestan y cuando nosotros entramos a reparar, pasan cosas extrañas”, señala Herminio Quechol Hernández, jefe de la unidad departamental de Drenaje Profundo.


Explica que en temporada de lluvias, cuando está en operación el sistema, no pueden bajar, por lo que no se percatan de las “apariciones” o de fenómenos extraños, pero una vez que termina, cierran las compuertas y bajan a trabajar.
De voz en voz La mayoría de las historias son dichos contados en tercera persona, pocas se han vivido en carne propia, como es el caso de Pedro Flores Álvarez, ingeniero residente del sistema. “Estábamos bombeando el agua de un cárcamo detrás de una compuerta, y en ese momento me agache para ver en el interior de un registro y vi pasar a un compañero con una camisola que se utilizaban en el drenaje hace como 15 ó 20 años, pasó encima del charco del agua hasta vi que ni se mojó”.

Hace dos años, Pedro Flores estaba trabajando en la noche en el Interceptor Poniente, sacando el azolve, con la retroexcavadora, y al mover un segmento de lodo salió una pierna “al parecer de una dama”, parecía plastificada. Al día siguiente, cinco metros adelante de esa zona, “encontramos el tronco de la persona”, recuerda. Agrega que en la segunda etapa de la rehabilitación del drenaje, hace como cuatro años, en la Lumbrera 0, ubicada en la delegación Gustavo A. Madero, bajó un velador a 50 metros de profundidad para cerciorarse que ya no había nadie, pero enfrente de él, vio a una persona “muy delgada y deforme”. Volteó a otro lado y de nuevo se le apareció, esto provocó que “saliera muy espantado y casi al borde de un infarto”.


Fantasmas en la lumbrera

Uno de los casos más sonados, es el que se conoció hace 10 años cuando había un ingeniero, quien afirmaba que cuando cubría el turno de la noche veía a los fantasmas “de los trabajadores que se murieron en la lumbrera” y no sólo se aparecían, sino que lo arrastraban, no lo dejaban dormir, dice Santa, una secretaria que trabaja ahí desde hace 25 años. “También contaba que veía la sombra del ingeniero Javier” deambular por las oficinas; él era un trabajador que murió durante la construcción del drenaje. Hay quienes no han visto nada, pero que sienten vibras cuando están abajo, como Germán López, quien asegura que a veces el ambiente se siente pesado, pues está muy oscuro y húmedo.

Relata que un joven le contó que bajó al drenaje y vio a un hombre que le dijo: “no te vayas por ahí porque están tirando azolve y además está prohibido”, pero no le hizo caso; el “fantasma” siguió su camino sin mover el agua, parecía que flotaba, y “el chavo salió corriendo; después de eso ya no regresó a trabajar”.

FUENTE: http://archivo.eluniversal.com.mx/

No hay comentarios :

Publicar un comentario