viernes, 9 de febrero de 2018

Dos historias terroríficas del Titanic que nadie había contado.


El escritor español Nacho Montero, en su libro "Los diez del Titanic", recoge algunos episodios bastante oscuros de aquel 14 de abril de 1912 que muy pocos conocen o que quienes los vivieron, prometieron llevarse la verdad a la tumba

Han pasado más de 105 años desde aquella noche del 14 de abril de 1912, cuando el Titanic, el barco que fue creado y bautizado como “el mayor desafío del hombre” y que ni Dios sería capaz de hundir, terminó en lo más profundo del océano, tragedia que cobró la vida de 1,500 pasajeros.

La historia del Titanic no solo ha atraído la atención de diversos cineastas, como James Cameron; varios escritores e investigadores se han sumergido a lo más profundo del océano para poder dar con la verdad acerca de qué fue lo que propició este accidente.

El escritor español Nacho Montero, en su libro “Los diez del Titanic”, ha develado dos hechos que cambian por completo la concepción que en general se tiene de la historia del famoso trasatlántico, pues hubo negligencias y conductas inaceptables, e incluso inhumanas, por parte de la tripulación, que de haber actuado de otra manera, seguro muchas personas hubieran salido con vida de este hundimiento.


Quién escribió y qué dice la “única” carta con membrete que sobrevivió el hundimiento del Titanic

Una de las únicas cartas que se conoce que fue escrita abordo del Titanic, antes de que naufragara en el Atlántico, fue vendida en una subasta por un precio récord para este tipo de artículo.

La carta, escrita por el empresario y pasajero del Titanic, Oscar Holverston, alcanzó US$166.000.

El documento estuvo altamente cotizado por haber sido escrito el 13 de abril de 1912, un día antes de que la lujosa embarcación chocara contra un iceberg.

Es la única carta de la que se tiene conocimiento que fue escrita en papel membrete del Titanic y que sobrevivió a las aguas del Atlántico.

Holverson, un exitoso empresario estadounidense, le había escrito la carta a su madre, mientras viajaba a bordo del desafortunado buque con su esposa, Mary.

La pareja se había embarcado en el puerto inglés de Southampton con destino a su hogar en Nueva York.



El barco ballenero que pudo haber salvado vidas

Según en las investigaciones realizadas por Montero, un par de horas luego de que el Titanic chocara contra el iceberg, Samson, un buque finlandés que se dedicaba a la caza ilegal de ballenas y focas se acercó a este para tratar de ayudar en la labor de rescate; sin embargo, al ver las bengalas lanzadas desde el Titanic, el capitán ordenó que se alejaran de inmediato del lugar por temor a que llegara la Guardia Costera de Estados Unidos y les decomisaran su cargamento.

Días después llegaron a Islandia en donde se enteraron de la magnitud de la tragedia, por lo que los tripulantes decidieron hacer un pacto de silencio, el cual se mantuvo por más de medio siglo hasta que antes de morir, el capitán Henrik Naess revelara toda la verdad.

El escalofriante final de los cadáveres de los pasajeros de tercera clase en el Titanic

Una serie de telegramas reunidos por el historiador Charles Haas reveló la terrible verdad sobre el paradero de los cadáveres de pasajeros que viajaban en la clase más barata del Titanic.


De acuerdo con las comunicaciones intercambiadas entre el CS Mackay-Bennett (el barco encargado de recolectar los cadáveres en altamar) y la White Star Line, compañía que operaba el trasatlántico, los cuerpos a transportar a tierra fueron elegidos según el monto pagado del boleto.

Así, a bordo del CS Mackay-Benett, subían los cadáveres de personas que habían viajado en primera y segunda clase, mientras los de tercera clase eran arrojados al mar.

El Daily Mail publicó algunas imágenes de los telegramas y asegura que de los 334 cuerpos recuperados, 116 fueron arrojados al mar.

Los empleados de la White Star Line recibieron en tierra cadáveres diariamente durante todo un mes después de la tragedia del Titanic.


Manos cortadas con hachas

En el mismo libro, el escritor narra una verdadera escena sacada de una película de terror. Cuando el Titanic comenzó a hundirse, en la cubierta se vivían momentos de desesperación y de tensión en su lucha por sobrevivir. La tripulación era consciente que solo la mitad de los viajantes se salvarían dada la cantidad de botes salvavidas, así que algunos testigos narraron cómo vieron que algunos miembros de la tripulación les cortaron las manos con hachas a quienes intentaran subir a los botes salvavidas, ya en el agua, por temor a que también se hundieran estas embarcaciones por exceso de peso.

“En cuestión de minutos el bote 12, que se encontraba a un cuarto de milla de distancia de la zona del hundimiento, se vio acosado por enloquecidos náufragos que intentaban trepar a la embarcación. Una persona llegó nadando hasta nuestro bote y le cortaron de un hachazo la mano, mientras que a otras las mataron a tiros”, fue el relato dado por las hermanas españolas Florentina y Asunción Durán, quienes colaboraron con la creación de este libro, dando sus testimonios.

FUENTE: https://laopinion.com

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